sábado, 14 de septiembre de 2013

El libro de los pequeños milagros, de Juan Jacinto Muñoz Rengel

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La taberna va bien, la gente está viniendo y poco a poco nos vamos conociendo. Y aquí estamos otra vez, con un nuevo libro, dispuestos a dar mucha guerra durante todo el tiempo que haga falta, y con un único propósito: que os acerquéis a la mejor literatura actual, y por éso hoy tenemos aquí a Juan Jacinto Muñoz Rengel y a su nuevo libro: El libro de los pequeños milagros, una colección de microrrelatos que acaba de editar Páginas de Espuma este septiembre.

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Título: El libro de los pequeños milagros
Autor: Juan Jacinto Muñoz Rengel
Editorial: Páginas de Espuma
Colección: Voces/Literatura
Año: 2013
ISBN: 978-84-8393-146-2 

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Antes de empezar con la reseña, hay que aclarar que en realidad el título no es "El libro de los pequeños milagros", mejor dicho, no es el título completo. El verdadero y completo título es: El libro de los pequeños milagros y los planetas ignotos, que contiene las pormenorizadas y muy veraces {micro}narraciones de los grandes hechos sobrenaturales y extraordinarios de este mundo, así como las {mini}epopeyas de otras tantas hazañas extraterrestres, y una recopilación de las más diversas y memorables prácticas amatorias, venganzas y torturas, muertes, reencarnaciones, espíritus y fantasmas, reptiles, monstruos, arquitecturas imposibles, las crónicas de la conquista del espacio y la búsqueda de Dios.

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Para quien no conozca a Juan Jacinto Muñoz Rengel, podemos decir que nació en Málaga en 1974, que se doctoró en Filosofía, que ha sido profesor en España y Gran Bretaña, que a la edad de 24 años, en 1998, fundó la revista filosófica y de teoría literaria Estigma, que ha colaborado con El País y que colabora con RNE, que es autor de los libros de cuentos 88 Mill Lane (2006) y De mecánica y alquimia (2009), y Pink (relato largo publicado como ebook en 2012), y de las novelas El asesino hipocondríaco (2012) y El sueño del otro (2013). Además, ha sido numerosas veces incluido en antologías y ha ejercido como antólogo. Y que ahora nos brinda este maravilloso libro que intentaremos destripar.

(Aquí más.)

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Por fin procedemos con la reseña, si es que se la puede llamar así.

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Sueño con el día en el que nos atrevamos a quitarnos los disfraces, dice el protagonista de Vigilados. En este microrrelato, una ciudad se llena de inspectores que vigilan las calles. Para pasar desapercibido, el protagonista decide hacer lo mismo. Sin embargo, esa mentira no dura para siempre. (Y hasta aquí podemos contar.) Esa última frase del microrrelato revela la realidad que viven muchos de los personajes de este libro: una permanente impostura que hace que se comporten cómo no lo harían en realidad. Pero la impostura no es el único tema que aparece en este libro, no. Por el libro desfilan una gran multitud de temas que, eso sí, aparecen maravillosamente bien camuflados y dispuestos de manera que haya que leer detenidamente para poder darnos cuenta de lo que tenemos enfrente. Ejemplos de esos temas son: la religión (Tres días, Arca de Noé: el origen, Hijos de Caín, Gnosticismo, Teísmos, etc.), la existencia humana y no-humana (Recovecos, Palabras registradas en 1986 por la grabadora de la última persona viva en la ciudad fantasma de Prípiat, en la oscuridad de la madrugada, momentos antes de su muerte, Razones, etc.), un posible futuro (Rebelión de las cosas, De la pintura rupestre al lenguaje del futuro, Mundos invisiblesVida artificial, etc.) la Historia (sí, con mayúsculas, que, además, Juan Jacinto se atreve a cambiar: Historias cruzadas IArca de Noé: el origen, etc.) o nuestra sociedad actual (Multiverso δ o Hamelín). Sin embargo, si dijésemos que son sólo esos los temas que desfilan por el libro, seríamos totalmente injustos, porque son muchos más: la teoría de la relatividad de Einstein, la burbuja inmobiliaria, la influencia de la televisión en la sociedad actual, la identidad, el marxismo, el bien común, el capitalismo feroz y, por último y en último lugar, el big bang. (Si leen el libro entenderán el porqué de por último y en último lugar.) Aunque la principal característica de todos estos relatos es la imaginación, porque Juan Jacinto la tiene, y bien grande, y esperemos que sea duradera.

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Sin embargo, la propuesta más interesante que nos hace Juan Jacinto es la de la realidad bolsa, como propuso uno de los tertulianos el otro día: «Muñoz Rengel coge la realidad y le da la vuelta como si fuese una bolsada manchada por fuera y que queremos utilizar para transportar basura; eso hace que posiblemente no nos creamos esos microrrelatos en los que una mujer anda envuelta en su propia placenta o en los que los niños (de tamaño grande) pasean a sus padres (de tamaño pequeño) por la calle mientras le dicen que no, que ya podrán. Ese es su mayor acierto, pienso yo.» Y todos, por supuesto, asentimos.

Ejemplo gráfico perfecto de la realidad bolsa.
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Entre cerveza y cerveza, porque no vayan a pensar que en la taberna nos creemos intelectuales resabios, en la taberna somos amigos que disfrutamos comentando libros, hablamos de unos relatos en concreto que nos parecieron más significativos u originales. El ya mencionado Palabras registradas en 1986 por la grabadora de la última persona viva en la ciudad fantasma de Prípiat, en la oscuridad de la madrugada, momentos antes de su muerte supone una durísima crítica a los seres humanos que se condensa en una frase: Los seres humanos somos tan ambiciosos, tan estúpidos..., y que podemos interpretar como un toque de atención a éstos, nosotros. Ah, las fábulas, sin duda, mi preferido: en él, un caimán, que es el rey de la fauna de ese lugar, ve cómo su dieta se empieza a reducir como consecuencia de la crisis que atraviesa el lugar; para evitar ésto, convoca a los demás habitantes para reorganizar su alimentación, so pretexto de que están en crisis, con el fin de que su dieta no se vea alterada, aunque él también se vería perjudicado: después de todo habría de comérselos mucho más flacuchos e incluso menos nutritivos. Bajo la extrapolación al mundo animal, Juan Jacinto critica de manera sutil y dura a nuestros actuales dirigentes, los cuales buscan más el bien propio que el bien común, objetivo de toda sociedad. ¿Y si en lugar de que el caimán reestructurase la alimentación de todos los miembros, redujese la suya? Eso lo perjudicaría a él exclusivamente, y eso es impensable. Allí y aquí. Entonces, ahora y siempre. Cuestión de numero nos presenta dos planetas, con sus respectivos habitantes: los moradores de IoIo poseían dos miembros (dos penes los hombres, dos vaginas las mujeres), mientras que los de OpOpOp, tres (tres penes los hombres, tres vaginas las mujeres). Ambos planetas estaban en guerra permanentemente. Los guerreros de OpOpOp se reían de los de IoIo por ser inferiores en el aparato sexual. Sin embargo, cuando los guerreros de OpOpOp iban a violar a los derrotados de IoIo, se encontraban con que no podían. ¿Qué podemos extraer de esta situación? Una moraleja bastante clara: no siempre la superioridad física nos hace mejores, muchas veces los inferiores acaban siendo "superiores".

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La imaginación de Juan Jacinto se desparrama en el libro como el agua de un vaso que cae en el mantel. Esta imaginación tiene su cénit, su cumbre en las Historias cruzadas (I a VI), en las que el autor mezcla a Adán y Eva con la bruja y la manzana de Blancanieves, al ladrón de arte Arsène Lupin con Dorian Grey, el trágico destino del Titanic con la Pinta, la Niña y la Santa María, y así hasta cuatro mezclas geniales más que dejaremos a los valientes que se acerquen al libro.

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Los lectores pueden pensar que somos amigos íntimos del autor, pues todo es elogio, pero no, y aquí un ejemplo: «Sólo encuentro un pero al libro: la serie Backward, a la que no he sido capaz de encontrarle la gracia. Reconozco su originalidad, pero no me han impactado como el resto.» Confesó uno de nuestros tertulianos. Además, hay algunos (pocos) microrrelatos independientes que no tienen la misma chispa que los demás, pero que en ningún momento hacen que el conjunto flaquee.

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El libro de los pequeños milagros es el libro de nuestra sociedad, de nuestro tiempo y de nuestra crisis. En él aparecemos todos nosotros, aunque quizás no seamos capaces de reconocernos, porque seamos caimanes, asesinos o extraterrestres. Aparecen nuestros miedos y nuestras virtudes (más bien reducidas). También los personajes nos dan enseñanzas morales, como en Transmigración, en la que se nos incita a no odiar al prójimo, pues algún día nos podemos convertir en él. También se nos enseña que no somos nadie y que al final todos acabaremos donde empezamos: en la nada, como sucede en Relatividad. Y, vuelvo a insistir, la impostura del hombre moderno. A lo mejor alguien, después de leer este libro se quita el disfraz y hace que el sueño de aquel ya lejano protagonista se haga realidad.

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Para que seáis capaces de ilustrar todo lo que os he dicho, dejo a continuación uno de los relatos que más me ha gustado, y que por consiguiente considero de los mejores. Se titula

La segunda Babel
La segunda vez que decidieron construir una torre para llegar al Cielo, Él estaba demasiado ocupado como para haber notado nada extraño. Hacía milenios que no les prestaba ninguna atención. Ellos, pese a sus múltiples lenguas, lograron entenderse los unos a los otros, y encumbraron la construcción más alta que nunca antes se hubiera levantado sobre la superficie de la tierra. Ahora Él sigue en sus cosas, y a través de la serpenteante pendiente de ladrillo y argamasa los hombres empujan una enorme guillotina.

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